Iba corriendo, ¿Qué le habría pasado a Fer? Toqué la puerta.
Hola Nico, pasa.
Me cogió del brazo y tiró de mí hacia dentro.
-Tio, ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
-Nada, ¿Qué iba a pasar?
-No sé, por el mensaje me dejaste preocupado.
-No es grave.
-Bueno ¿Me lo vas a contar?
-Si, verás… Te lo voy a decir claramente.
-Me tienes ya nervioso Fer ¿Quieres hablar?
-¡Creo que siento algo por Bahía!
Joder, a buenas horas, y tenía que ser justamente en este
preciso momento que es cuando yo también siento algo por ella, pero no se si
debería decírselo.
-¿De verdad?
-No, te estoy mintiendo.
Dijo irónicamente.
-Pero ella no te quiere a ti.
-¿Tú que sabes?
Parece que le molestó mi comentario.
-Pues me lo ha dicho Clara.
-¿Cuándo?
-Hace unos 20 minutos.
-Serás mentiroso hace 20 minutos he estado ¡Yo! Con ella,
pero esa no es la cuestión. ¿Por qué lo dices o como lo sabes?
Empecé a angustiarme, ¿Le digo la verdad o le miento?
Debería decirle lo que me dijo Bahía en la playa, pero de alguna manera estaría
traicionando a alguno de los 2. Madre mía, estoy confuso.
-Fer, voy a serte sincero.
Me miró preocupado.
-¿A que viene esa cara?
-Verás antes en la piscina, os vi discutir… Y me daba palo
preguntarte porqué a si que, fui a su casa y justo iba saliendo para irse a
surfear, entonces, le pregunté si quería que fuéramos juntos, y me dijo que si,
fuimos a mi casa, me vestí, cogí mi tabla y nos volvimos a ir, esta vez a la
playa. Allí estuvimos hablando y me contó toda la historia.
-¿Qué historia?
-La vuestra.
-¡No me lo puedo creer!
-Si, y…
Casi se me escapa decirle que nos besamos. A ver como lo
arreglo.
-¿Y?
-Bueno nada.
-Ahora lo dices.
-No, no es nada.
-Dilo
-No
-Dilo
-Pesado, déjame ya.
-Dilo, y te dejo tranquilo.
-No.
-Si
-No.
-Si
-¡Y nos besamos!
-¿QUÉ?
-¿Ves como era mejor que no te lo dijera?
Me miró y me cogió los hombros, empezó a sacudirme.
Me miró y me cogió los hombros, empezó a sacudirme.
-Tio, tio, tio, pero, ¿Por qué?
-No lo sé, me hablaba con tanta confianza y desde que la vi
por primera vez no he podido dejar de pensar en ella, y es tan guapa, y surfea
tan bien, y…
-Vale, lo he captado.
-Lo lamento, pero es lo que siento.
-Yo también lo siento.
-Tú ¿Por qué?
-Por enamorarme de un amor no correspondido.
Me sentía mal, fatal, pero podía decirle que Bahía no tiene
claros sus sentimientos hacia ninguno, eso le animaría.
-¡No digas lo de amor no correspondido! Eso nunca se sabe.
-Puede que tengas razón, de todos modos con lo que le hice,
seguro que dejó de serlo, si es que lo era.
-Fer, ¿Por qué lo hiciste?
-No lo sé, fue la presión, ¿Tú crees que yo hubiera salido
con alguien que no me gustaba e iba a perder meses con ella? No tío.
-No, no, está claro.
De todos modos algo no encaja, o era muy idiota o no sé que
pasó, pero la historia no cierra, ya averiguaré que ocurrió de verdad.
Por última vez miré mi reloj, para comprobar que no llegaba
tarde, es que son muy estrictos mis padres con la puntualidad. La puerta estaba
entreabierta a si que no tuve que tocar para entrar.
-¿Hola?
Parecía que no había nadie, que raro, nunca dejarían la
puerta abierta y se irían tan pichis. La empujé para cerrarla del todo.
-¿Mamá? ¿Papá? ¿Estáis ahí?
Nada, cero respuestas, quizás les surgió algo urgente. Se me
ocurrió que ya podían a ver puesto los muebles para que ordenara mis cosas,
subí las escaleras y entré a mi habitación, pero nada, todo estaba tan cual lo
dejé esta mañana, volví a mirar mi reloj con la esperanza de haberlo mirado mal
antes, pues la situación me preocupaba, eran las 17:51. Como no tenía nada que
hacer, encendí mi ordenador y me conecté al tuenti, solamente un mensaje
privado y dos solicitudes de amistad pendientes, primero fui al mensaje, como
no, Fernan, no tardé en pincharle, aunque el mensaje salía como desconocido, es
cierto, cuando nos peleamos le borré, fijo que una de las petis es suya. El
mensaje estaba en blanco, solo llevaba una dirección de un vídeo de youtube,
¡Qué curiosidad! Se me abrió una canción de Critika y Saik-Te pido, dios, el
sabía que me encantaba esta canción, cuando fui a salir del mensaje vi que si
había algo escrito, abajo, abajo del mensaje, decía: Nunca me olvidaré del
momento en el que cantábamos esta canción juntos, ¿Sabes? Tengo muchas ganas de
amarte, tocarte, besarte, decirte que en mi vida tú eres alguien.
Puf, no se le podía olvidar poner la parte de la canción que
yo cantaba continuamente. Otra vez no, odio y amor se están volviendo a
equivocar en mi cabeza.
Salí del mensaje y fui a las peticiones, pues no me
equivoqué, una era de él que ponía: Bahía, te juro que lo sientoL.
La otra era de Nico, anda que no son previsibles estos chicos, la de él, decía:
Eiis, Bahía! ¿Qué remedio? Las acepté las dos.
Tocan la puerta, ¡Que sea mamá, please!
-Fernando, ¿Qué haces en mi casa?
-¿Podemos hablar?, pero no me grites, por favor.
-De acuerdo, ¿Pasas?
-Vale.
Volví a cerrar la puerta, no me explico que querrá.
-Siéntate.
-Gracias.
-De nada, disculpa el desorden es que todavía no hemos
terminado de colocar.
-No te preocupes.
-Bueno dime lo que me vengas a decir.
-Ya me e enterado de que le has contado lo que pasó a Nico y
Clara.
Si ¿Algún problema?
-Si…
¡Cobarde, soy una cobarde!
-No si no pasa nada, solo que ellos han tomado una mala
imagen de mi.
-¿Eso es lo que venías a decirme?
Le dije mientras me puse de pie para ir a la cocina a buscar
agua.
-No, en realidad…
-¿Quieres agua?
-Bueno vale.
Serví un vaso a cada uno y me senté de nuevo.
-Toma
Y le di su vaso.
-Gracias.
-Nada, sigue hablando.
-Lo que te decía que ellos han tomado una imagen de mí, que
no es la correcta.
-Eso es problema tuyo, yo les dije la verdad.
-Si, pero no lo que yo sentía.
Miré para otro lado, él puso su mano en mi barbilla y me
giró la cabeza hasta quedar uno en frente del otro.
-Sé perfectamente lo que sentías, nos lo dejaste a todo
primero clarísimo.
-¿Por qué te empeñas en llevarme la contraria? Yo te quería
de verdad, Bahía.
-Entonces ¿Por qué dijiste que no me querías, que todo era
mentira?
Dije mientras se me saltaban las lágrimas.
-Fue un error, me arrepiento absolutamente de toda mi
actitud esa noche.
-¿Cómo te sentirías si te negara delante de tres clases
enteras?
Mi llanto aumentaba.
-No llores, de verdad, me siento fatal.
En ese momento, sus ojos verdes brillaban, parecía que
también iba a llorar, lo abracé tan rápido como dieron mis brazos. Se quedó
alucinado, pero también colocó sus brazos en mi espalda.
-Fernan, te, te, te, te quiero.
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