Que chico más raro, se dio la vuelta como para irse, pero no
estaba dispuesta a dejar que se fuera así como así.
-He notado que me mirabas.
-¿A si?
-Si, y la verdad no entiendo porque.
-Perdona si yo solo pasaba por aquí.
Le temblaba la voz, típico síntoma de la mentira.
-¡Ja! ¿Me parece a mi o me estás mintiendo?
-Vale, bueno yo surfeo como tu, y me a impresionado que con
tu aparentemente corta edad, sepas surfear así.
-Vaya gracias.
Si es un alago, hubiera estado mejor oirlo de un adulto,
pero aquel niño, como mucho tendría un año más que yo.
-De nada, aunque que lo que te he dicho no se te suba a la
cabeza que te queda mucho por aprender.
-¡Oye chaval no creo que sepas mucho más que yo de esto,
porque tampoco esque podamos decir que me sacas muchos años!
Está claro que si la gente me busca, me encuentra.
-Quizás tenga la oportunidad de demostrarte que soy mejor
que tú.
Vale, no voy a gritarle, relájate Bahía.
-Adiós.
-Adiós, y no te enfades, ¿Vale?
Encima se hace el preocupado, luego somos las chicas las
difíciles de entender.
-Vale.
Y seguí andando.
-A por cierto soy Nicolás.
-Yo Bahía.
No dije nada más y seguí andando. Llegué a mi casa
tranquila, al menos mucho más que cuando salí, miré mi reloj, nisiquiera sabía
la hora, pero tampoco era muy tarde. Las 20:03 vale, si es buena hora, toqué al
timbre y me abrió mi padre.
-¿Qué tal las olas, hija?
-Son muy buenas, gracias.
Esto es más raro que aquel chaval ¿Nicolás, no? Mi padre
preguntándome por las olas, algo nunca antes visto, a él no le disgusta que
haga surf, pero seguro que también hubiera querido que yo hiciera gimnasia
rítmica, en fin.
-Hija, ve a ordenar un poco tu cuarto el resto de la casa
está casi listo.
-Papá no me apetece.
-Tu madre ha ido a comprar, haz lo que más puedas ahora, así
no se enfada, y el resto lo haces mañana.
Jo, bueno iré pero solo porque si no mañana no me dejarán ir
a surfear. Subí las escaleras corriendo, y me dirigí a mi cuarto. Lo bueno que
tiene empezar de cero, es que si algo de tu habitación no te gustaba, puedes
cambiarlo sin problemas. Empecé a abrir cajas ya sacar cosas, lo único que
había en la habitación era la cómoda de los libros y la cama que antes me los
había colocado papá, así que, decidí empezar a poner libros, el tercero que
saqué era mi álbum de fotos, todas eran de Lucía y mías, este primer día estaba
siendo durísimo. Terminé de colocar todos los libros, ya eran las 21:47, mi
madre estaba tardando en llegar. Bajé a ver si mi padre necesitaba ayuda con
algo, estaba intentando conectar la
TV.
-Bahía pon la mesa, anda.
-Vale, pero ¿Está ya la comida?
-No, si tu madre no vuelve de hacer la compra.
-¿La llamamos?
-Si quieres.
Cogí mi BlackBerry negra con su funda amarilla y la llamé.
-Mami, ¿Dónde estás?
-Haciendo la compra.
-¿Y porque no vienes?
-Es que me e retrasado un poco, ya que no sabía como llegar.
-Normal… ¿Quieres que vayamos a buscarte?
-No hace falta, pero ve haciendo la ensalada.
No me gusta hacer la ensalada, pero vale.
-De acuerdo mami, un beso, adiós.
Y colgué.
-¿Qué te a dicho?
-Que se a retrasado, a y que haga la ensalada.
-Hazla como a nosotros nos gusta.
Mi padre me guiñó el ojo, eso lo decía todo.
Cogí la lechuga, el tomate, las aceitunas, cacahuetes, sal y
mucho mucho vinagre. Preparé la mejor ensalada que pueda existir, la llevé a la
mesa y puse lo que faltaba.
Tocaron la puerta, abrí yo.
-Hola mami.
Traía cara de cansada.
-Deja que te ayudo con las bolsas.
Las llevamos a la cocina, mi padre las colocó, mi madre se
puso a hacer de comer, y yo fui a conectar la tele, tras el intento fallido de
mi padre.
Cenamos pollo, se cocinó bastante rápido, cuando acabamos,
fui a buscar mi portátil, estaba ansiosa por conectarme a mi tuenti, lo
confieso, soy tuentiadicta.
Estaba etiquetada en 20 fotos, subidas por Lucía, todas de
mi último día con ella, también tenía 2 comentarios, como no, uno era suyo y
otro de Manu. Ambos decían casi lo mismo.
Tía, te fuiste ayer y ya te echo de menos, no puedo creer
que nos separemos, envíame un privado cuando puedas, necesito saber de ti, te
quiero mucho. Lucía.
PD: envíale otro a Manu, que ya sabes como es.
No pude evitar reírme con lo último, estos chicos son
geniales. Les escribí el mismo mensaje a los dos, pues no tenía muchas ganas de
alargarme.
No lo puedo creer, este sitio no me mola nada, es… no sé.
Jajaja, hoy no tengo mucho para contar, solo e ido a surfear, y e conocido a un
niño llamado Nicolás, es más raro que vosotros dos juntos, y eso es mucho. Bueno,
escríbeme todos los días por favor, te quieroJ
Lo envié y me fui a dormir, el cansancio invade mi cuerpo.
En cuanto me desperté al día siguiente comprobé si tenía
novedades, así era tenía dos nuevos mensajes privados, uno de Manu, y otro
desconocido, no tardé el pinchar, ¡No! Esto no puede ser, no me digas que es,
es… ¡Nicolás!
No hay comentarios:
Publicar un comentario