jueves, 3 de enero de 2013

Capítulo 10.


Voy a por Clara, tengo ganas de verla. Aunque con las muletas llegaré el año que viene a su casa.
-¡Ey! Bahía.
-¡Clara! Iba para tú casa.
-¿Qué te ha pasado?
-Una larga historia.
-¿Resumiendo?
-Fer.
-¿Fer, el te ha hecho eso?
-Más o menos, bueno el tiró el balón.
-¿Y te dio?
-Yo era la portera…
-¿Ahora te llevas bien con él?
-Bastante.
-¿Cómo de bastante?
-Como para salir con él otra vez.
-¿QUÉ?
-Jo, parece un interrogatorio.
-¡Qué fuerte!
-¿Tú crees?
-Pues claro, ayer le odiabas, hoy ya sales de nuevo con él.
-¡No puedo evitarlo!
-Ya… ¿Y Nico?
-¿Qué le pasa?
-¿Ya no te gusta?
-No lo sé.
-Sabes que no debes hacerles daño.
-No les haré daño, a mi me gusta Fer, y ya está.
-Vale, te creo.
-A ti lo que te pasa es que no quieres que le haga daño a Nico.
-No, no digas tonterías.
-Es la pura verdad.
-Ya…
-Bueno Nico te pega.
-Ya ya, bueno ¿Alguna novedad más?
-Si.
-Cuenta.
-Tengo una hermana.
-¡No! ¿En serio?
-Si, pero solo por parte de mi padre.
-Eso es más fuerte. ¿Y cómo te lo tomaste?
-Ni bien ni mal, la verdad.
-Y… ¿Qué sabes sobre ella?
-Qué se llama Serena y tiene 15 años.
-Interesante.
-¿Tú crees?
-Seguro que te llevas bien con ella, al fin de al cabo solo tiene 2 años más que tú.
-No sé yo.
-Venga, mira el lado positivo.
-¡No hay!
-¡Venga ya!
-Cambiando de tema, ¿Vamos a buscar a Fer?
-Me parece bien.
Fuimos para su casa. Tocamos la puerta, nos abrió su madre.
-Hola señora Rubens.
-Hola de nuevo Bahía, hola Clara.
-Hola.
Dijo Clara sonriente.
-¿Cómo vas con las muletas?
-Bien, gracias. ¿Puede salir Fernando?
-Todavía no ha vuelto, la última vez que lo vi estaba contigo.
-A vale, iremos a buscarle, adiós.
-Adiós.
-Adiós chicas.
Cerró la puerta.
-¿Dónde estará?
-Esa no es la pregunta, la pregunta es ¿Con quién está?
-¿Quieres decir que está con Sofía?
-Lo más seguro.
No, no creo que esté con ella ahora. O eso espero.
-¡Lo dudo! Vamos a buscarle.
-Vale, ¿Por donde empezamos?
-Por el parque.
Venga, vamos a ver si tiene razón Clara. Fuimos al parque.
-Bahía, ¿No es Nico ese que está sentado en el columpio?
-Creo que si. Pregúntale si sabe donde está Fer.
-¿Por qué yo?
-Porque a mi me odia.
-Si es lo que quieres.

Me acerqué a Nico.
-Hola.
-Hola Clara, ¿Qué tal?
-Bien, ¿Tú?
-Regular.
-Me quedaría a hablar contigo, pero no tengo tiempo. ¿Sabes donde está Fer?
-¡Otra!
-¿Otra qué?
Madre mía, que preguntona estoy hoy.
-Estáis todas obsesionadas con él.
-No es por mí.
-¿Entonces? Ah, por Bahía, por quién si no.
-Si, la verdad.
No debería haberle dicho nada.
-¿A ti quién te gusta?
¡Oh my god! ¿Que digo?
-¿A mi? Tú. ¿Por qué?
-¿En serio?
-No te mentiría.
-¡Genial!
-¿Genial? Si a ti te gusta Bahía.
-Lo cierto es que me pareces muy atractiva.
¿Yo?
-Mentira.
-¿Cómo lo sabes?
A vale, que era mentira.
-Menos mal que no me hice ilusiones.
-Jajaja.
-¿Qué pretendías? ¿Qué te ayudara a ponerla celosa?
-Precisamente.
-¡Lo clavo todo!
-Si, pero si no eres tú ¿A quién se lo pido?
-A Sofía.
Mierda ¿Por qué diré nada?
-¡Buena idea!
-¿En serio? Digo ¡Pues claro!
-Gracias por tu ayuda Clara.
-De nada. Me voy, adiós.
-Adiós.

¿Qué estará pasando? ¿Por qué no viene?
Mi BlackBerry, está vibrando, es mi madre.
-Hola mamá.
-Bahía, ¿Dónde estás?
-En en parque.
-¿Puedes venir a casa?
-Claro que si, pero ¿Qué pasa?
-Tú padre está aquí con Serena.
¡No! Hoy me lo dicen, hoy la veo, y lo cierto es que no me apetece nada ¡Nada, de nada! En fin.
-Esperadme que ahora voy.
Colgué.
-¡Clara!
Vino corriendo a donde estaba yo.
-¿Qué?
-Tengo que irme, mi hermana está aquí.
-A vale, que tengas mucha suerte.
-¡Gracias!
Nos abrazamos como despedida, y me fui rápidamente.
¿Se parecerá a mi padre? ¿O incluso a mí? Esto es raro, ¿No lo sabían o no lo querían saber? De todos modos, lo averiguaré.
Toqué la puerta.
-¡Hija!
Me abrió mi padre.
-Hola papi.
Vi como mi madre estaba en la cocina con cara de no hacerle mucha gracia la situación. Entré con ella y le di un beso.
-Bahía, perdona por hacerte venir corriendo.
-No pasa nada. ¿Estás bien?
-Dentro de lo que cabe, sí. Corre, ve a saludarla.
-Voy.
-Cielo, tu hermana está arriba en tu habitación.
Espero que en mi cuarto no se acople. Subí lo más deprisa que pude.
-¿Hola?
-¡Hola! ¿Bahía, no?
Me trató como una extraña.
-Si, tú eres Serena ¿Cierto?
Entonces la trataré yo con las suyas.
-Si soy yo, encantada hermanita.
¡Bah! Hermanita, si ya quisiera.
-Igualmente.
Estaba, estaba ¡Usando mi portátil! ¡Es sagrado! Pero como no me conoce, lo dejaré pasar.
-Bahía, ¿Tienes tuenti?
-Si, ¿Y tú?
-Si. ¿Me lo das?
-Claro.
-¿Cómo es?
-Bahía López.
-Solo sales tú.
-Si… Es lo que tiene.
-Ya te he enviado la peti.
-Vale, Sere ¿Puedo llamarte así?
-Pues claro.
-¿Dónde vivías antes?
-En Córdoba. ¿Y tú?
-En Cádiz.

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