Voy a por
Clara, tengo ganas de verla. Aunque con las muletas llegaré el año que viene a
su casa.
-¡Ey! Bahía.
-¡Clara! Iba
para tú casa.
-¿Qué te ha
pasado?
-Una larga
historia.
-¿Resumiendo?
-Fer.
-¿Fer, el te
ha hecho eso?
-Más o
menos, bueno el tiró el balón.
-¿Y te dio?
-Yo era la
portera…
-¿Ahora te
llevas bien con él?
-Bastante.
-¿Cómo de
bastante?
-Como para
salir con él otra vez.
-¿QUÉ?
-Jo, parece
un interrogatorio.
-¡Qué
fuerte!
-¿Tú crees?
-Pues claro,
ayer le odiabas, hoy ya sales de nuevo con él.
-¡No puedo
evitarlo!
-Ya… ¿Y
Nico?
-¿Qué le
pasa?
-¿Ya no te
gusta?
-No lo sé.
-Sabes que
no debes hacerles daño.
-No les haré
daño, a mi me gusta Fer, y ya está.
-Vale, te
creo.
-A ti lo que
te pasa es que no quieres que le haga daño a Nico.
-No, no
digas tonterías.
-Es la pura
verdad.
-Ya…
-Bueno Nico
te pega.
-Ya ya,
bueno ¿Alguna novedad más?
-Si.
-Cuenta.
-Tengo una
hermana.
-¡No! ¿En
serio?
-Si, pero solo por parte de mi padre.
-Si, pero solo por parte de mi padre.
-Eso es más
fuerte. ¿Y cómo te lo tomaste?
-Ni bien ni
mal, la verdad.
-Y… ¿Qué
sabes sobre ella?
-Qué se
llama Serena y tiene 15 años.
-Interesante.
-¿Tú crees?
-Seguro que
te llevas bien con ella, al fin de al cabo solo tiene 2 años más que tú.
-No sé yo.
-Venga, mira
el lado positivo.
-¡No hay!
-¡Venga ya!
-Cambiando
de tema, ¿Vamos a buscar a Fer?
-Me parece
bien.
Fuimos para
su casa. Tocamos la puerta, nos abrió su madre.
-Hola señora
Rubens.
-Hola de
nuevo Bahía, hola Clara.
-Hola.
Dijo Clara
sonriente.
-¿Cómo vas
con las muletas?
-Bien, gracias.
¿Puede salir Fernando?
-Todavía no
ha vuelto, la última vez que lo vi estaba contigo.
-A vale,
iremos a buscarle, adiós.
-Adiós.
-Adiós
chicas.
Cerró la
puerta.
-¿Dónde
estará?
-Esa no es
la pregunta, la pregunta es ¿Con quién está?
-¿Quieres decir que está con Sofía?
-¿Quieres decir que está con Sofía?
-Lo más
seguro.
No, no creo
que esté con ella ahora. O eso espero.
-¡Lo dudo!
Vamos a buscarle.
-Vale, ¿Por
donde empezamos?
-Por el
parque.
Venga, vamos
a ver si tiene razón Clara. Fuimos al parque.
-Bahía, ¿No
es Nico ese que está sentado en el columpio?
-Creo que
si. Pregúntale si sabe donde está Fer.
-¿Por qué
yo?
-Porque a mi me odia.
-Porque a mi me odia.
-Si es lo
que quieres.
Me acerqué a
Nico.
-Hola.
-Hola Clara,
¿Qué tal?
-Bien, ¿Tú?
-Regular.
-Me quedaría
a hablar contigo, pero no tengo tiempo. ¿Sabes donde está Fer?
-¡Otra!
-¿Otra qué?
Madre mía,
que preguntona estoy hoy.
-Estáis
todas obsesionadas con él.
-No es por
mí.
-¿Entonces?
Ah, por Bahía, por quién si no.
-Si, la
verdad.
No debería
haberle dicho nada.
-¿A ti quién
te gusta?
¡Oh my god!
¿Que digo?
-¿A mi? Tú.
¿Por qué?
-¿En serio?
-No te
mentiría.
-¡Genial!
-¿Genial? Si
a ti te gusta Bahía.
-Lo cierto
es que me pareces muy atractiva.
¿Yo?
-Mentira.
-¿Cómo lo
sabes?
A vale, que
era mentira.
-Menos mal
que no me hice ilusiones.
-Jajaja.
-¿Qué
pretendías? ¿Qué te ayudara a ponerla celosa?
-Precisamente.
-¡Lo clavo
todo!
-Si, pero si
no eres tú ¿A quién se lo pido?
-A Sofía.
Mierda ¿Por
qué diré nada?
-¡Buena
idea!
-¿En serio?
Digo ¡Pues claro!
-Gracias por
tu ayuda Clara.
-De nada. Me
voy, adiós.
-Adiós.
¿Qué estará
pasando? ¿Por qué no viene?
Mi
BlackBerry, está vibrando, es mi madre.
-Hola mamá.
-Bahía,
¿Dónde estás?
-En en
parque.
-¿Puedes
venir a casa?
-Claro que
si, pero ¿Qué pasa?
-Tú padre
está aquí con Serena.
¡No! Hoy me
lo dicen, hoy la veo, y lo cierto es que no me apetece nada ¡Nada, de nada! En
fin.
-Esperadme
que ahora voy.
Colgué.
-¡Clara!
Vino
corriendo a donde estaba yo.
-¿Qué?
-Tengo que
irme, mi hermana está aquí.
-A vale, que
tengas mucha suerte.
-¡Gracias!
Nos abrazamos
como despedida, y me fui rápidamente.
¿Se parecerá
a mi padre? ¿O incluso a mí? Esto es raro, ¿No lo sabían o no lo querían saber?
De todos modos, lo averiguaré.
Toqué la
puerta.
-¡Hija!
Me abrió mi
padre.
-Hola papi.
Vi como mi
madre estaba en la cocina con cara de no hacerle mucha gracia la situación.
Entré con ella y le di un beso.
-Bahía,
perdona por hacerte venir corriendo.
-No pasa
nada. ¿Estás bien?
-Dentro de
lo que cabe, sí. Corre, ve a saludarla.
-Voy.
-Cielo, tu
hermana está arriba en tu habitación.
Espero que
en mi cuarto no se acople. Subí lo más deprisa que pude.
-¿Hola?
-¡Hola!
¿Bahía, no?
Me trató
como una extraña.
-Si, tú eres
Serena ¿Cierto?
Entonces la
trataré yo con las suyas.
-Si soy yo,
encantada hermanita.
¡Bah!
Hermanita, si ya quisiera.
-Igualmente.
Estaba,
estaba ¡Usando mi portátil! ¡Es sagrado! Pero como no me conoce, lo dejaré
pasar.
-Bahía,
¿Tienes tuenti?
-Si, ¿Y tú?
-Si. ¿Me lo
das?
-Claro.
-¿Cómo es?
-Bahía
López.
-Solo sales
tú.
-Si… Es lo
que tiene.
-Ya te he
enviado la peti.
-Vale, Sere
¿Puedo llamarte así?
-Pues claro.
-¿Dónde
vivías antes?
-En Córdoba.
¿Y tú?
-En Cádiz.
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