jueves, 3 de enero de 2013

Capítulo 5.


Aquel beso fue algo increíble, tampoco lo esperaba, pero me supo a poco, ese niño raro es genial. No paraba de mirarme feliz y yo no podía dejar de sonreír.
-Lo siento.
-¿Por qué Nico?
-Por besarte.
-No me pidas perdón a sido genial.
Me miró alegre.
-¿Yo te gusto?
En ese momento se me partía el alma, yo creo que me gusta, y mucho, pero algo me dice que quizás no me haya olvidado de Fernando. Ahora ¿Qué le digo? Decirle si o no sería mentirle, por que no se lo que siento.
-No lo sé…
Me miró sorprendido y a la vez triste, pensará que soy imbécil, dejo que me bese y le digo que no se lo que siento. Estúpidos sentimientos.
-A lo mejor debería irme y dejar de pienses un rato.
-Pero Nico.
-No pasa nada Bahía, entiendo que no tengas tus sentimientos claros, después de haber salido con alguien como Fer, es difícil conformarse.
Ese comentario me mató.
-¿Estás queriendo decir que Fernando vale más que tu?
-Exactamente.
Se dio la vuelta y se fue. Pero le seguí hablando desde detrás.
-¡No consiento que digas eso!
Paró de repende, y casi me da con su tabla en la cara. Me miró fijamente y me dijo:
-No te hagas la inocente.
-¿Qué no me haga la inocente de qué?
-Ya me has dejado todo claro.
-Te he dicho la verdad, ¿Qué más quieres?
-¡NADA! No quiero nada.
-¡No me grites! No tengo la culpa.
-Entiéndeme.
-No me pidas que te entienda.
-Perdón, no era mi intención gritarte.
-Déjame en paz.
Seguí hacia mi casa, dejando a Nico en el camino. Miré mi reloj, eran las 16:40, aún tenía 50 minutos antes de tener que ir a terminar de amueblar mi habitación. Voy a llamar a Clara, ¿Era esta su casa? Creo que si, la 24. Toqué el timbre me atendió una chica joven, una adolescente, quizás.
-Hola, buenas.
-Hola, dime.
Me dijo la chica.
-¿Está Clara?
-A ¿Tú eres Bahía?
-Si soy yo.
-Clara me ha hablado de ti, si ahora sale.
-Ok.
Esperé durante unos 5minutos en la puerta.
-¡Hola Bahía!
Me abrazó.
-Hola Clara.
-¿Cómo estás?
-Pues aquí voy, ¿Y tú?
-Bien, ¿Por qué, que ha pasado?
-Antes de contarte ¿Hay por aquí algún parque o algo?
-Si, hay uno, ven vamos.
-Vale, gracias.
Me llevó hasta el parque y nos sentamos cada una en un columpio.
-Bueno cuéntame que ha pasado.
-A ver por donde empiezo, ¿Vistes aquellos niños que me tiraron?
-¿Nicolás, Sofía y Fernando?
-Si, ellos.
-Son los liantes de la urbanización.
-Bueno te cuento, antes de que nos desviemos del tema.
-Si, mejor será.
-Antes fuimos a la playa con Nico.
-¿Los dos solos?
-Si… Y, bueno entre unas cosas y otras nos besamos.
-¿Os besasteis?
-Si.
Su tono parecía burlón.
-¡Qué fuerte!
-¿A si? ¿Por?
-Chica, todas las de nuestra edad que vienen a este lugar, mueren por Nico y Fernan. Bueno y ¿Qué más pasó?
Joder, pues cuando le cuente lo de Fernando, no quiero saber más.
-Nico me preguntó que si me gustaba.
-Y ¿Qué dijistes?
-Que no lo sabía.
-Tía, estamos hablando de Nico.
-Ya, pero hay otro chico.
-¿Quién?
-Fernando.
-¿Te gustas los dos?
-Es que Fernan me gustaba antes que Nico.
-Pero si los conocistes a los dos a la vez.
-No exactamente.
-¿Cómo?
Le conté lo mismo que le acababa de contar a Nico. Que por cierto no puedo quitar ese momento de la cabeza, y la pulsera tan bonita que me regaló. Un momento ¿Y la pulsera? ¡Mi pulsera! ¿DÓNDE ESTÁ MI PULSERA?
-Bahía, después de todo lo que pasó entre Fer y tú no se como te puede seguir gustando.
-Es mi corazón, que está descontrolado.
-¿Porqué no lo intentas con Nico? Salta a la vista que le gustas, seguro que sale todo bien y te olvidas de Fernan.
-No, nunca saldría con alguien sin estar enamorada, porque sería hacerle lo que Fer me hizo a mí.
-Ahí tienes razón.
Hablando del rey de Roma, Fernando apareció con Sofía en el parque.
-Ya estaban tardando en aparecer, ¿No?
-Encima viene con esa bruja.
-¿Quién, Sofía?
-Si, es una arpía.
-¿Qué te ha hecho?
-En esta urbanización, además de nosotros hay bastantes más niños, lo que pasa es que la mayoría están de vacaciones. Y, esta niñata no sabe de quién está enamorada, entonces le basta con que otra de las niñas de enamore, para que vaya a quitarle el chico.
-A si que, lo más probable es que vaya a por Nico y Fernan, porque me apostaría lo que fuera a que ya le han contado tu historia.
Como vaya a por alguno de los dos, la… Espera, ¿Qué me importa? Que haga lo que quiera.
-Me da igual a por quién vaya.
-Bahía, no es broma, esta niña cuando se propone algo lo consigue, créeme, además es la mejor amiga de Fernan.
-Encima…
-Si cariño, ten cuidado. Bueno, primero decídete por cual de los dos quieres.
-Es obvio ¿No?
-¿Qué es obvio?
-Que prefiero a Nicolás, el todavía no me a echo nada.
-Supongo que tienes razón. Yo creo que deberías conocer más a Nico, y ver si vale la pena.
-Bueno Clara, me tengo que ir, gracias por tu consejo.
-Hablamos, ¿Vale?
-Claro, adiós.
-Adiós.

Bahía se fue, y me quedé yo sola en el parque columpiándome un poco más. Fer se sentó en el columpio que había quedado libre, dejando a Sofía sola. ¡Jódete nena!
-Hola Clara.
-¿Qué pasa?
-Quería preguntarte algo.
-Dime.
-¿Qué le problema tiene Bahía conmigo?
No debería decir nada, pero me molesta que se haga el inocente.
-Mira ahora no vengas aquí haciéndote el desentendido, porque no te sale, ¿Ok?
-Pero…
-¿Qué?
-Yo si estaba enamorado de ella.
-Pues ella no dice lo mismo.
-¡Lo que pasó en el viaje de estudios, fue un error!
-Pero los errores duelen.
Esa cara de dolor, creo que Bahía le importa de verdad.
-Bueno Clara, dile que lo siento.
Se levantó y quiso irse, no me digas que… ¡Está llorando! Wow, nunca le había visto llorar.
-¿Estás bien?
Le pregunté.
-Si, ¿Por qué iba a estar mal?
-A lo mejor porque estás llorando.
No quiso ni mirarme y se fue.


Llegué a mi casa, mis padres todavía no llegaban del trabajo y mi hermano no había vuelto de casa de su amigo. Otra vez, estaba solo. Me tumbé en mi cama, me puse mis cascos y a escuchar música, sonaba Mi niña bonita de Chino y Nacho.
Bahía, ¿Qué tengo que hacer para que te fijes en mi? Daría todo por estar contigo y no sentirme solo.
Me conecté al tuenti en el ordenador de la habitación de mi hermano, tenía un mensaje privado, ¡Por favor que sea de Bahía! ¿Y este que quiere ahora? Era de Fer, decía:
Tío, tengo un problema, ¿Puedes venirte a mi casa un rato? Porfa.
Anda que me dice que le pasa, ahora voy a estar preocupado. Cogí mi gorra y partí para su casa.

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